miércoles, 2 de mayo de 2007

PARA VENCER HAY QUE CONVENCER

La comunicación persuasiva es la gran máquina de multiplicar ventas, conseguir votos y establecer hábitos de consumo. Razones, emociones y pautas de conducta impulsan a una persona a preferir una marca, un producto o un candidato.
Por lo tanto, quién tiene en sus manos el conocimiento científico de la mente humana, posee un recurso muy poderoso, y es que para vencer hay que convencer…

La publicidad manipula la mente de las personas y distorsiona la realidad. Seguro que a muy pocos de vosotros le parece exagerada esta afirmación…En cualquier caso, os invito a que visitéis esta página donde se establece un paralelismo muy interesante entre la atracción que la publicidad (más concretamente la publicidad subliminal) ejerce sobre el consumidor y la atracción que sentía Luke Skywalker por el lado oscuro, manipulado por Lord Darth Vader y sus propósitos malévolos.

Desde mi punto de vista, la gente que piensa o entiende la publicidad como una simple tarjeta de presentación está más que equivocada. No es necesario buscar argumentos rebuscados puesto que saltan a la vista por sí solos: los ejecutivos invierten en costosísimas campañas publicitarias, una canción que aparece en un anuncio publicitario puede convertirse en éxito y hasta tienes la posibilidad de descargártela como tono para el móvil, surgen nuevas formas de comunicación y de publicidad que ocupan incluso espacios en los telediarios (recordáis el vídeo que circulaba por la red en el que un grupo de chavales le robaban la silla del Parlamento al Presidente del Gobierno, desde luego en boca de todos estuvo la asociación “Levántate contra la Pobreza”).

En definitiva, ¿quieres vender más y conquistar nuevas porciones del mercado? Entonces, centra tu atención en tres vías de actuación: el marketing estratégico, la comunicación y la psicología del consumidor. Pero ten en cuenta una cosa, tu posible cliente está diariamente bombardeado por miles y miles de marcas y de mensajes. La mayoría mueren sin pena ni gloria, sin siquiera alcanzar las puertas de su cerebro. Pero otras marcas, pocas en realidad, logran entrar a su mente y colgar allí un cartel indicador. Son las que ganan, las que convencen, las que impulsan a la acción, las que venden. De manera que para conseguir una discreción sobre tus competidores deberás aprovechar las ventajas de las últimas formas de comunicación y teniendo en cuenta la psicología del consumidor, saber cómo, dónde y cuándo le impacta la publicidad, la información y las promociones… a partir de ahí, crear campañas de comunicación que consigan transitar por el complejo territorio de la mente humana.

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