jueves, 22 de marzo de 2007

El reto de la mujer frente a la globalización


Distinguimos entre la definición estricta de globalización (apertura de fronteras, libertad de mercados, información al instante por Internet…) y la globalización efectiva gestionada por el neoliberalismo. Muchos estaréis de acuerdo conmigo en que dicha globalización está ahondando más en las desigualdades, y no solo las sociales y económicas, sino también las provocadas por razones de sexos.


A medida que el capital global es absorbido cada vez más por el control transnacional, los estados nacionales pierden poder y los trabajadores son cada vez más marginados y excluidos, la situación de la mujer llega a un punto en que no pueden controlar sus medios de producción ni su fertilidad.


Veamos en cifras de que hablo…


- El 98% de las riquezas de la tierra están en manos de hombres, tan sólo el 2


% pertenece a mujeres.


- De las 225 personas más ricas, que son hombres, acumulan el mismo capital que los 2.500 millones más pobres. De esos 2.500 millones más pobres, el 80% son mujeres.


- El gasto en armamento es de 780.000 millones de dólares, mientras que en cuestiones graves de salud que afectan a las mujeres se gastan 12.000 millones.


- En cuanto a prostitución infantil, el 90% son niñas y los beneficiarios en un 100% son hombres.


- 91 mujeres mueren en 2006 víctimas de la violencia de género, suponiendo esta cifra un incremento del 19,2 respecto del año anterior.


En Arabia Saudita, todavía hoy pueden ser golpeadas por la policía aquellas mujeres que, independientemente de su estatus social, dejen ver apenas el color de sus medias.


Sin embargo, no hace falta fijarnos en países de cultura y sociedad diferentes, sin ir más lejos, España. La discriminación laboral de la mujer es algo muy palpable en nuestro país. Deben afrontar mayores barreras a la hora de acceder al mercado de trabajo y a esto se añade las condiciones en que lo hacen: mayor temporalidad, menor salario, escasa protección de la Seguridad Social, así como poca representación en puestos de dirección. Las responsabilidades familiares hacen a las mujeres más vulnerables a la precarización de los empleos, ya que muchas veces se aceptan trabajos de peor calidad a cambio de flexibilidad laboral para compatibilizar el trabajo doméstico y el trabajo remunerado. Esto permite transformar esta vulnerabilidad de las mujeres en parte de la estrategia desreguladora del trabajo.


Por otra parte, no podemos olvidarnos de una consecuencia directa de la globalización de la tecnología y los medios de comunicación que establecen patrones de consumo y propugnan la cosificación de los cuerpos de las mujeres y la sexualidad femenina.


A pesar de todo ello, la globalización también nos ha traído también beneficios que en parte ya estamos utilizando, como la informática y la facilidad para comunicarnos, la democratización de la información y la posibilidad de formar redes a través de Internet (una herramienta indispensable que deberíamos potenciar aún más). Y es que ya son muchas las oportunidades que se nos presentan a través de la red, reabriendo debates y mostrando realidades que muchos medios ocultan o simplemente ignoran.


Se trataría, por tanto, de una reformulación de la globalización, el reto consistiría en liberalizar aquellos sectores en los que la globalización no parece estar presente: la democracia, los derechos humanos, el medio ambiente y las oportunidades para las mujeres.

Una última cosa, quien esté más interesado en el tema pude pinchar en la imagen superior que vincula una página en la que se encuentran un análisis muy detallado de documentos y herramientas sobre el tema.

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